El Proceso de Formación Académica en el marco del Proyecto Pedagógico Investigativo III se orienta a consolidar la identidad del maestro/a en formación, reconociéndolo como un intelectual de la educación, un sujeto ético y político en permanente diálogo con las problemáticas de su tiempo, de su territorio y de su campo disciplinar.
Este curso busca fortalecer la capacidad investigativa de los y las estudiantes frente a desafíos educativos complejos, particularmente en relación con la teoría curricular, la didáctica y la evaluación. Se trata de un espacio que no solo ofrece herramientas conceptuales y metodológicas, sino que promueve la construcción de una conciencia pedagógica crítica, comprometida con la transformación de las realidades educativas, culturales y sociales desde una perspectiva situada, inclusiva y plural.
Del saber al sentido: hacia una identidad docente con postura crítica A lo largo del proceso, se abordan núcleos fundamentales del saber pedagógico —currículo, pedagogía, didáctica, evaluación, cuerpo, territorio, cultura— con el propósito de que cada maestro/a en formación construya un discurso pedagógico propio, fundamentado en el pensamiento crítico, la experiencia situada y el diálogo con teorías diversas. Este discurso no se limita a una elaboración teórica, sino que busca incidir directamente en la praxis educativa, en la toma de decisiones curriculares, en la interpretación de contextos y en la formulación de propuestas pedagógicas transformadoras.
Se espera que el estudiante pueda analizar críticamente las certezas, incertidumbres, tensiones y contradicciones que atraviesan el campo educativo actual, reconociendo el carácter político del currículo y el rol del docente como sujeto con autonomía, agencia y responsabilidad frente a las formas de producción, transmisión y validación del conocimiento.
Una formación situada, territorial y éticamente comprometida El curso asume que la formación docente no puede desligarse de los territorios, comunidades y contextos donde se ejerce. Por ello, se promueve una comprensión humanística, social y cultural de los saberes pedagógicos, en estrecha relación con las realidades locales, los lenguajes del cuerpo, las memorias colectivas y las prácticas educativas emergentes. El proyecto pedagógico no es solo académico; es también un proyecto de vida, una apuesta por el sentido, la pertenencia y el compromiso. En este marco, el/la futuro/a educador/a:
El maestro/a como investigador/a del cuerpo, del saber y del territorio La formación se concibe como un proceso de construcción continua en el que el docente en formación se nutre de los saberes del contexto, de los encuentros con la comunidad, de la interacción entre teoría y experiencia. Desde este enfoque, el maestro/a se forma para actuar en escenarios educativos diversos, con competencia profesional, sensibilidad humana y capacidad para leer críticamente las dinámicas socioculturales que configuran los procesos de enseñanza y aprendizaje.
|